Un universo gastronómico

[dropcap size=big]L[/dropcap]a alargada geografía de Veracruz proporciona un arcoiris de tamales, desde los zacahuiles huastecos hasta los tamales de elote dulce con carne de puerco y salsa de chiles secos, del centro del estado.

En Tuxpan los hacen similares, pero con mole y pollo, y les llaman chamitles.

En Papantla hay un zacahuil aguado que se sirve con cucharón y se acompaña con pulacles, tamales de frijol con calabaza; otros parecidos se llaman cuitones.

Por Nautla y Tecolutla hacen tamales de cazón deshebrado, que es una especie de tiburón.

También los hay pintos, con ejotes, chile verde y cilantro; otros son de pipián con frijol gordo tierno y otros más los llaman xocos y llevan maíz negro con queso y panela.

Asimismo cocinan la pata de mula o libro, una especie de tamal grande, en rollo sobre hoja de plátano, a base de frijol negro.

En la región central veracruzana hacen tamales de pepita y frijol y de flor de izote con cerdo.

En Sotavento hay tamales de chicharrón y piloncillo.

Hacia los Tuxtlas hacen mimiles o tamalitos de elote, tamales de capita con frijol, calabaza y epazote y más al sur los famosos chanchamitos.

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